En una localidad ubicada al sur de República Dominicana, existe un pequeño asentamiento minero de carácter artesanal. Los túneles dispersos por la sierra de Bahoruco recibe diariamente a un millar de mineros que a pulso se sumergen en las fauces de la tierra para extraer una piedra semipreciosa llamada Larimar.
Carecen de protección personal y las condiciones de seguridad son escasas, lo que ha ocasionado una gran cantidad de accidentes, algunos de consecuencias fatales.  El tiempo no parece importar en este lugar  alejado del siglo XXI Los mineros se mueven a un ritmo pausado, pero constante, se movilizan entre la extracción del mineral y los colmados, almacén  dónde se  aprovisionan de una alimentación básica y de cigarrillos.